Paraguay: urgente inversión en adolescencia y juventud - Esteban Caballero

El Paraguay es sede de la Sexta Conferencia Mundial de Jóvenes Parlamentarios de la Unión Interparlamentaria (UIP), organizada conjuntamente con el Congreso paraguayo.
La selección de Paraguay como Sede es oportuna, desde varias perspectivas, siendo el mismo un “país joven” o un país de jóvenes.  

Diagnósticos tales como el “Diagnóstico Sistemático del País”, publicado por el Banco Mundial[2] indican que una de las determinantes del período de crecimiento y reducción de la pobreza que vivió el país ha sido la situación demográfica. En efecto, el país se caracteriza por un crecimiento de población en edad de trabajar (PET) y la reducción de la proporción de población que depende de los ingresos de la PET para subsistir. Es decir, el que trabaja tiene menos bocas que alimentar, y, por ende, puede ahorrar o invertir en vez de sufragar gastos de consumo de sus dependientes. Esta transición demográfica se llama la ventana de oportunidad, el “bono demográfico”[3], y está estrechamente relacionado con el proceso de envejecimiento de la población ya que luego de unos quinquenios se cierra y se nota un ascenso de la población dependiente adulto mayor. El bono es resultado de la baja en la tasa global de fecundidad, las mujeres tienen menos hijos y poco a poco la pirámide poblacional del país se pone más angosta en el grupo de edad de 0 a 5 años de edad y comienza a crecerla proporción de adolescentes y jóvenes
.
El bono demográfico tiene un efecto positivo casi por su propio peso, pero podría tener un efecto aún más beneficioso si esas cohortes de adolescentes y jóvenes llegasen al mundo del trabajo con una educación de excelencia y una buena salud. Lastimosamente, esto no ha sido el caso en el Paraguay. No todo ha sido negativo, las coberturas de matrícula escolar, sobre todo en la educación básica han aumentado, los cuidados de salud han hecho progreso, por ejemplo, en el reconocimiento de cuáles son comportamientos de riesgo de contraer infecciones transmitidas sexualmente (factor importante en la etapa de vida adolescente y joven). Sin embargo, todos hemos sentido el impacto de los resultados del programa para la evaluación internacional de alumnos (PISA) de la OECD, revelados en 2018.[4] El propio MEC nos informó que el Paraguay está por debajo de los promedios para países de ingreso medio bajo, y muy rezagado a nivel regional en las competencias básicas de lecto-escritura, matemática y ciencias[5]. No sólo salió a la luz el bajo rendimiento, sin el grave nivel de inequidad con claras correlaciones entre mal desempeño y características socio-culturales de la población estudiantil, así como con las brechas públicas-privadas, urbano-rural.

La ventana de oportunidad todavía subsiste, pero hemos perdido un tiempo valiosísimo en lo que se refiere a la inversión en la adolescencia y juventud.  Las llamadas tasas de dependencia seguirán bajando en el Paraguay hasta mediados de la década de los 40, mientras que el promedio sudamericano de cierre del período de descenso de las tasas de dependencia es mediados de la década de 2020[6].

Ya la gestión pública del país ha tomado nota del problema. Una de las últimas manifestaciones de esta preocupación se ha dado en el Seminario de Políticas Educativas, cuando se presentó el primer mapa escolar del país[7]. Mapa que de hecho puede ser muy útil para abordar las profundas inequidades en la calidad de la educación, poniendo atención en aquellos centros escolares con mayores desventajas. En la discusión más actual se pide un aumento del presupuesto de educación que sin duda es necesario, siempre que vaya acompañado de transparencia, eficiencia y eficacia. En eso el personal y la formación docente es clave.

Para finalizar, no olvidemos que se habla de una inversión en adolescencia y juventud y desarrollo sostenible. Finalizar la secundaria es uno de los objetivos de desarrollo sostenible, que serán ciertamente discutidos en las Conferencia Global de Parlamentarios Jóvenes. En Paraguay, según el MEC[8], 240,000 joven de 15 a 19 años no asiste a una institución educativa. Esto nomás nos indica la dimensión de la tarea, y sobre todo, pensar que el objetivo es que accedan a esa educación con un fin que hoy por hoy podemos definir de manera muy general como la construcción de la generación que tiene que poder manejar la transición hacia una economía verde, convirtiendo el actual modelo agro-exportador en un modelo sustentable e inclusivo.


[1] Asesor de políticas de desarrollo sostenible (caballerocarrizosa@gmail.com)
[2] Paraguay: Diagnóstico Sistemático del País, Junio 2018, Grupo Banco Mundial (Washington DC, 2017)  
[3] Ver https://paraguay.unfpa.org/es/publicaciones/paraguay-joven-informe-sobre-juventud
[4] Ver https://www.5dias.com.py/2018/12/informe-de-pisa-aplaza-a-paraguay-en-educacion/
[5] Ver Reporte Nacional PISA – D, Paraguay 2018
[6] Fuente: ONU, Divisón de Población.
[7] ABC 1 de Septiembre 2019 MEC presentó primer “mapa escolar” y
lineamientos de la futura reforma
[8] Ver: Datos sobre Educación, DGEEC y MEC, 2018

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