Las democracias resilientes de América Latina
Siempre hay al menos dos maneras de ver las cosas. Podemos hablar de la democracia latinoamericana amenazada o de su contrafaz, la democracia “resiliente”. Aunque todos los índices de democracia nos pintan un escenario de deterioros múltiples, tenemos también razones para resistirnos al ubicuo pesimismo que parece estar instalándose por doquier. Es que, a pesar de todos los embates, las democracias (imperfectas) latinoamericanas resisten. Como botón de muestra vale el agónico día de la toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo de Guatemala. Después de meses de intentos de sabotear la asunción del presidente electo, los poderes de la corrupción dieron su última batalla al cuestionar las credenciales de los nuevos miembros del poder legislativo, queriendo así retrasar la elección de la nueva junta directiva, con el fin de evitar que haya alguien para tomarle el juramento al presidente electo. Ahora comienza en Guatemala una nueva etapa de esa lucha por salvar la institucionali