La construcción de una alternativa política
Pasadas las
elecciones generales de abril 2023 en el Paraguay, la oposición política entró
en una fase crítica, marcada por una disminución de su presencia en ambas
cámaras del Congreso, y la retención de tan sólo dos de los diecisiete
gobiernos departamentales. Situación que contrastó con el desempeño del partido
de gobierno que ganó de vuelta la presidencia y vicepresidencia, y una mayoría absoluta
en ambas cámaras; aparte de quedarse con quince de los gobiernos
departamentales
Los miembros
de la oposición están experimentando una suerte de “repliegue” y
“recomposición” política. El Partido Liberal Radical Auténtico, quedó al borde
de un “cisma” después de su Convención Extraordinaria. Situación agravada por
una profunda crisis administrativa y financiera. La izquierda, aglutinada en el
llamado Frente Guazú (frente amplio), quedó con una senadora y una
diputada, mientras su líder, el expresidente Fernando Lugo, sufrió un accidente
cerebrovascular. Quedan otros partidos pequeños, Encuentro Nacional, Patria
Querida, Hagamos, Yo Creo. Esta sociedad
política opositora se encuentra, además, procesando la aparición de una nueva
entidad, el partido que surgió con el liderazgo del excandidato a presidente,
Paraguayo Cubas. Se trata de Cruzada Nacional, que obtuvo cinco bancas en el
Senado y cuatro bancas en Diputados, para luego sufrir fugas de sus
parlamentarios a posturas independientes de trayectoria incierta.
Los períodos
gubernamentales en Paraguay son de cinco años, sin posibilidades de reelección
del presidente. De manera que de aquí a 2028 será esta sociedad política
opositora la que se volverá a plantear la pregunta de cómo se puede construir
una alternativa política capaz de ganar las próximas elecciones generales. Para responder a dicha pregunta, hay dos
referencias obligadas, desde el punto de vista politológico. Una, de qué tipo
de sistema de partidos estamos hablando, y, dos, cuáles son las garantías que
nos ofrece el sistema electoral.
Usando las
herramientas conceptuales de Sartori, podemos decir que estamos hablando de un
sistema de partidos “semi-competitivo”.
El sistema de partidos paraguayo se acerca mucho al sistema de partido
predominante, que no excluye a los partidos de oposición, pero tampoco se
presta a la alternancia. Sin embargo, hay una advertencia. El sistema no llega
a constituir partidos opositores satélites que no pueden aspirar a ser
alternancia. Hay una posibilidad de alternancia, porque la ANR no
llega a tener la plena capacidad de bloquear el ascenso de los partidos de
oposición. Esa ha sido la situación desde 1993 hasta ahora.
Las garantías
que ofrece el sistema electoral para una alternancia son más auspiciosas que
las referencias que hemos hecho al sistema de partidos, pero hay que precisarlo.
Toda la parte de organización de las elecciones ofrece oportunidades para que
un partido de oposición pueda ganar las elecciones, si se lo propone. Pero, se
debe preparar con tiempo y trabajar de manera sistemática. Desde la inscripción de candidaturas y el
registro de electores, hasta la supervisión del acto electoral y la difusión de
resultados, hay oportunidades para ganar. La “semi-competitividad” tiene más que
con la capacidad desproporcionada del partido predominante de usar recursos del
Estado, movilizar su gran base de afiliados y su clientela política. Con ellos logra
montar un operativo electoral que desde los barridos previos a las elecciones
hasta la organización del transporte y el monitoreo de la participación de sus
votantes goza de condiciones más favorables para competir. Esta es la parte “amañada” del proceso.
La cuestión
para la oposición es que, si bien estas reglas del juego son desfavorables, no son
insuperables. Por eso el tema de la planificación y la organización son tan
importantes si se busca una alternancia. El problema es que hay un desafío más. Estar
conscientes de la situación de semi competitividad no se resuelve con la
organización solamente. Es una condición necesaria, pero no suficiente. Hay
que, además, superar el escollo de que la presidencia de la república se decide
en una vuelta por mayoría simple. Este hecho plantea la cuestión de la
estrategia de articulación política necesaria para obtener una mayoría
concentrando las fuerzas de esa sociedad política opositora, que hoy por hoy,
está en su punto más débil.
Publicado en Ultima Hora: 15 de octubre 2023
Imagen: ver themindjournal,com
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