Una renuncia necesaria

 

Hubo un momento. Uno en el que se esperaba que sucediesen ciertas cosas. Nos referimos a los días después de la derrota de la Concertación por un Nuevo Paraguay, el 30 de abril 2023. La expectativa era que el excandidato a la presidencia, Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), principal fuerza de esa alianza de partidos y movimientos de oposición reconozca la derrota y diese un paso al costado.

Sin embargo, ese acto, sorprendentemente, no se dio. En vez, vimos un excandidato que quiso encabezar las protestas y acusaciones de fraude electoral lideradas por el otro excandidato a la presidencia Payo Cubas. Una aspiración fallida que contrastaba de manera evidente con su anterior narrativa de que esas elecciones fueron las mejor controladas por los funcionarios de mesa, apoderados y veedores de la oposición.

Los críticos de Efrain Alegre le mostraban al líder liberal el ejemplo de Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su decisión de convocar a elecciones después de la derrota de su partido en las elecciones en las comunidades españolas.  Sin embargo, en el caso del liberal, parece mejor recordar la decisión del otro político español, Pablo Iglesias de Unidas Podemos, que, después de su estrepitosa derrota en las elecciones que se realizaron en la comunidad de Madrid, se retiró de la política y dio paso a una nueva dirigencia dentro de la izquierda.

El excandidato ha racionalizado su rechazo a un examen de conciencia recurriendo a la inacabable guerra de posiciones que caracteriza al PLRA. No renunció porque eso significaría entregar el partido al cartismo, aludiendo a la alianza que se dio entre el llamado “llanismo” y el movimiento liderado por el expresidente Horacio Cartes, Honor Colorado, en el pasado período parlamentario, de 2019 a 2023. Los acérrimos críticos de Efraín Alegre dicen que esa es sólo una excusa para no tener que enfrentar las acusaciones de malos manejos administrativos de los fondos del partido durante su período en la presidencia del partido.

Se espera una resolución de la situación en la Convención del PLRA este domingo 6 de agosto 2023. Lastimosamente, y como consecuencia de la falta de un paso al costado digno, se habla no de “renuncia” del dirigente, sino de “destitución”. A todas luces, lo sensato para evitar la polarización sería hacer un paso al costado, renunciar y dejar que las fuerzas y liderazgos existentes aborden los problemas políticos del partido. Justamente, una de las debilidades de el excandidato es que no acaba de reconocer que existen otros en el partido y que él no es un factor indispensable para encausar al liberalismo en este nuevo ciclo político.

Esta crisis del PLRA es solamente una pieza de algo aún más grave que está sucediendo en el seno de la oposición. Se trata de su creciente incapacidad de frenar un proyecto neoliberal conservador, que pretende hacer uso y abuso de la mayoría parlamentaria para blindar a su líder, el expresidente Horacio Cartes, de cualquier rendición de cuentas ante la justicia. Cruzada Nacional entró al congreso para desconcertar, el Frente Guazú esta desarticulado y quedan piezas del tercer espacio jugando a una política declarativa con poca incidencia en las decisiones concretas. La judicialización del conflicto interno del PLRA es un vendaval que sólo inflama el incendio. Ante este debilitamiento de la oposición parlamentaria, el rol de contrapeso político se tendría que desplazar a la acción ciudadana, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación, y los movimientos sociales. Estas son efectivamente las instancias que pueden ejercer una resistencia, sobre todo en  determinadas temáticas, pero eventualmente se tendrá que volver a plantear el desafío de las  articulaciones más políticas.

 Publicado en Ultima Hora el 6 de Agosto 2023. Versión editada el 14 de agosto 2023

Imágen: créditos a Stocksy.com contribución el "Evgeniy Shvets" en Pinterest



[1] Analista político y consultor independiente.  X (Twitter): @escabcar


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