Anotaciones poselectorales
No estamos todavía en una etapa “poselectoral”
propiamente dicha. El juzgamiento de las elecciones sigue su curso y pueden
darse cambios en los resultados difundidos por el TREP a raíz de evidencias
presentadas. No es el caso hasta ahora. Sin embargo, las diferencias entre los
principales candidatos a la presidencia, así como entre las listas para
diputados y senadores, son tan amplias que uno puede ya extraer ciertas
conclusiones a partir de las cifras del TREP.
El Partido Colorado ganó. Lo hizo porque no se
dividió y supo movilizar su voto duro. Los
1.292.000 votos que recibió Santiago Peña no difieren mucho de los
aproximadamente 1.206.067 que recibió Mario Abdo Benítez en 2018. El partido no
se dividió para las elecciones, pero hay que ver qué pasa en el Congreso del
próximo período. Hasta ahora se habla de una mayoría de Fuerza Republicana en
ambas bancadas coloradas, la del senado y la de diputados. Lo más probable es
que esa realidad matice el hecho de que la ANR tenga mayoría absoluta, pues
daría pie a lo que ha sido una práctica en el actual período, es decir, las
sumas y restas entre colorados y partes de la oposición.
La Concertación Nacional perdió. Lo hizo porque
no pudo unir al electorado en torno a la figura de Efraín y Soledad. Efraín
hizo, de hecho, su peor elección. En el 2013 había obtenido el 37% de los
votos, y en el 2018 llegó a cosechar 1.115.464 votos, 284.000 más que en 2023.
El total de votos en las internas de la Concertación Nacional en diciembre 2022
fue de 520.589. De ahí a la elección general del 30 de abril, la Concertación
aumentó su caudal en tan sólo 270.253. Una concertación que no pudo realmente
sumar todos los votos liberales, y menos integrar al electorado liberal con el
electorado independiente o del “tercer espacio”.
La gran sorpresa la dio el candidato Payo Cubas,
con 692.663 votos. Le restó a la Concertación el voto del hartazgo. Siendo un
fenómeno emergente, se resiste a etiquetas certeras. Algunos lo asimilan al
liderazgo de Lino Oviedo, como candidato autoritario-popular. Otros lo
califican de anarco. Lo cierto es que se suma al grupo de personajes
discordantes que ha venido apareciendo en diferentes escenarios eleccionarios
de la región. Su electorado parece estar compuesto de jóvenes, gente de los
estratos socioeconómicos medios para abajo. Sectores de la población descreídos
y cansados de los “mismos de siempre” que siguen dominando las riendas del
país. El voto a favor de Payo no fue equiparado por el voto a su lista 911. De
hecho, la lista 911 para el Senado recibió la mitad de los votos, 331.657. Es
decir, mucha gente cruzó su voto, combinando Payo con alguna otra opción para
el congreso.
El tercer espacio sufrió un remezón mayor. La
izquierda, a pesar de todas las advertencias, se topó con su destino, luego de
una serie de errores y tropiezos. El fervor popular no estuvo con ellos. Ermo Rodríguez,
Sixto Pereira, voces del movimiento campesino, tuvieron un performance
desastroso. El voto campesino, esas aproximadamente 250.000 familias que
sobreviven en sus parcelas se fue a otro lado, ¿dónde? Patria Querida casi
desaparece, si no fuese por Asunción. Al contrario del Encuentro Nacional que
sí logra dos senadores y un resultado interesante en Central, Patria Querida se
queda dentro de la Capital, sin proyección al interior del país. Kattya
González hace una buena elección y mantiene su liderazgo, pero en un contexto
más difícil que el actual, teniendo que lidiar con Cruzada Nacional, un equipo
totalmente desconcertante, empezando por Mbururu.
El escenario es extremadamente complicado. Payo,
detenido, alimenta su mito movilizador. El del líder carismático que descansa
en la pensión Yerutí de Ypacaraí, y graba cada uno de sus ademanes. Con formas
de interpelación que movilizan un
imaginario popular difícil de asir, peculiar en sus formas de expresión. Eso enloquece a los líderes tradicionales de
la oposición, que no saben cómo hacer para romper con el arraigo popular del
personaje del momento. Mientras tanto, el partido liberal ya empieza a llamar
al recambio. Salin Buzarquis, el senador liberal más votado, habla de un “nuevo
partido” con propuestas, construyendo una alternativa seria. La izquierda no ha dado señales claras.
Patricia dos Santo twittea una reunión de análisis de PQ, evaluando lo que pasó
y cómo deben seguir. Seguramente las municipales de Asunción serán su momento
de reivindicación. Mientras tanto, grupos minoritarios despiertan en un mundo
político en el que no se reconocen, pensando en cómo fortalecer a los
colectivos ciudadanos, incidir en las políticas públicas del nuevo ciclo y
defender los derechos de la gente.
Publicado en el diario Ultima Hora 8 de mayo 2023
Foto de Klawe Rzeczy en www.behance.net
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