Cultura y Genero


La comparacion de estas dos fotos nos permite recordar que no hay una relación unívoca entre el sexo femenino y el género femenino. Las mujeres del mundo pueden tener los mismos atributos anatómicos, pero “ser mujer” se manifiesta de muy diferentes modos en distintas sociedades y culturas. La mujer que viste el  burka, lleva una vida y una relación con la sociedad muy distinta a la de la mujer en jeans con el cabello suelto. La diferencia no la hacen la vagina, las mamas, el útero, la menarca o la menopausia. La diferencia está en la construcción social, cultural y discursiva de lo que significa ser mujer. 

Si es evidente que no hay una sola noción societal del género femenino, ¿por qué se usa  el término “ideología de género''? cuando estamos  más bien ante una  “teoría del género”,  que muestra cómo en distintas culturas y subculturas la construcción de lo femenino difiere en cuanto a sus características normativas. La  teoría de género  nos ayuda a entender por qué y cómo los distintos marcos normativos  responden a convenciones respecto  a cómo debe ser y comportarse una mujer, cuál es su rol en la sociedad, etc.. Si estas diferencias son factuales, observables y comprobables, no viene al caso hablar de una “ideología”.  


Lo que es realmente “ideológico” es el intento de transformar la teoría del género en una ideología de género. Es una acción discursiva de voluntades de poder opuestas a la “igualdad de género”. Al querer negar el género como constructo pretenden invalidar la formación de un nuevo orden normativo en que las mujeres tienen  los mismos derechos que los hombres, pueden llegar a las mismas posiciones de poder que ellos, ser reconocidas por igual al demostrar los mismos méritos que los hombres, y más. Se oponen con aún más virulencia a la igualdad de aquellos cuyas identidades no caen dentro del esquema binario masculino o femenino. Hombres afeminados, trans, gays, lesbianas, queers, y otros.Esta segunda vertiente, más controversial, es la que ha provocado las mayores resistencias en oriente como en occidente y representa uno de los cambios socio-culturales más emblemáticos del siglo XXI. 


Lastimosamente, el Paraguay tuvo su “momento talibán” cuando para asombro de muchos el MEC sacó la famosa resolución 29664-2017 en la que se prohibía “la difusión y utilización de materiales impresos como digitales, referentes a las teoría y/o ideología de género, en instituciones educativas dependientes del Ministerio de Educación y Ciencias”. Desde entonces se ha vuelto problemático hablar de género y a veces necesario evitarlo con el fin de lograr destrabar conflictos que entorpecen innecesariamente el avance de las políticas públicas del país. Prohibir la teoría de género es probablemente tan oscurantista como querer prohibir la teoría de la relatividad o la gravedad. 





Comentarios

Entradas más populares de este blog

La difícil caracterización del gobierno de Santiago Peña

La política exterior

La “agenda globalista”