Solidaridad, identidades excluyentes y desgaste de lo público
Estamos viviendo una transición de época, con constantes turbulencias y notables contrastes. Es un momento de crisis y somos muchos los que tenemos la convicción que las crisis se superan mediante la cooperación y el esfuerzo mancomunado, para lo cual el espíritu solidario del ser humano juega un rol aglutinante que permite el suave acople de los engranajes. El padre de la sociología moderna, Emile Durkheim, advertía que, sin ese componente unificador, armonizador, la cohesión social se iría deshilachando hasta caer en mil pedazos. Hoy, esta distopía de un resquebrajamiento social general no deja de ser una posibilidad. En este primer cuarto de siglo las tensiones parecen ir en aumento, vivimos una época en que las sociedades oscilan entre fuerzas centrífugas que intentan llevar hacia un centro solidario los pedazos dispersos, y fuerzas centrípetas, que dispersan las voluntades, dejando tras su paso desechos sociales. Una problemática amplia y general, con múltiples variantes y f...